De la eternidad...

Que mejor excusa para inclinar mi mirada hacia el infinito y observar el universo, aquel patio donde juegan los ángeles, aquel océano negro lleno de perlas llamadas estrellas. Extiendo mis brazos una vez más para intentar tocar tu figura dibujada en la luna, tu piel, aquella superficie que los dioses desean tocar, tus ojos, hijos del sol, igual cálida es tu alma atrapada en la eternidad, así mismo, miro hacia abajo donde yacen los recuerdos, donde enterraste las ilusiones del blasfemo caballero, ese mismo que hoy entrega sus ojos y su mirada al universo, esperando encontrarse con la mágica explosión de vida, esperando fundir su alma en el fuego de tus ojos y morir ya sin nada más que el universo me pueda ofrecer más que morir en ti, nadando eternamente en el océano de tu piel...

Que las mañanas siempre encuentren tu rostro al abrir tus parpados y ver la luz del día que espera por ti, y la noche, aquella amante de las estrellas te reciba en sus alas y te lleve hacia lo desconocido, hacia un lugar sin tiempo, te lleven hacia la eternidad, tal vez no reconozcas tu destino, tal vez no exista alguno, pero un camino existe y frente a los luceros posas hoy tu mirada, déjate caer en las cascadas cósmicas, déjate llevar por los cometas que salen de tus ojos color del fuego, ya la música del cielo suena para ti; puertas abismales se abren ante tu llegada, ya los faunos posan sobre tu piel los vestidos hechos con cenizas de inmortales y lagrimas de dioses de antaño. Un palacio, un palacio de cristal aguarda por ti, un carruaje guiado por pegasos es el camino a los siete portales, los nueve reinos esperan por tus pisadas, los soles de nueve galaxias desesperan por iluminar tu rostro, por ver el reflejo de la inmensidad en tus ojos; los azules te bañan en pureza, el rojo tiñe una capa borrosa que cae sobre tu cadera, ya tus huellas han dejado sobre la blanca superficie una mágica estela de vida, plantas gigantescas, tan altas como las mismas estrellas cubren los techos de tu palacio de cristal, princesa de la eternidad…

KainaN

Paseo por el sol ...

Cuando aprehendemos detalles insignificantes para el universo, pero que se convierten en galaxias dentro de nuestras mentes, ofrecidas al mundo en palabras y en caminos, en experiencias y nostalgias contrapuestas a efímeras alegrías. Denunciamos ante el mundo, cuan pequeño es, cuanto más estrecho se hace ese recorrido hacia la eternidad, más denso y obscuro se torna; los colores del sonido, son ya meras especulaciones de ciegos y gigantes. Los vidrios empañados de verdades a medias, camufladas en lineas humanas que se adhieren a la vida, que se deslizan por los recuerdos de vidas pasadas, de anhelos perdidos en la vasta realidad, ilusiones quebradas por el martillo infame de la verdad, !de la otra verdad! Es entonces cuando ya no pretendemos ser algo que no podemos conseguir, podemos sin embargo, encontrar en los reductos de si mismos, fluctuaciones inconcebibles a una vida ordinaria, el acto amatorio entre el sol y sus hermanas estrellas... han caminado por la superficie del sol, no encontraron lo que buscaban, por lo contrario, descubrieron algo que necesitaban, que necesitamos todos alguna vez, si bien no existen las palabras para describirlo, prefirieron entregar al mundo una mínima idea de lo cósmico, de aquello extraído del alma de titanes de antaño y dioses moribundos, de sabios que murieron con sus ideas de una realidad deformada por los pensamientos del aire dentro de las ramas del fuego, aquel que viaja en corrientes submarinas para luego golpear las costas y formar lunas, en un instante de creación, en un segundo de ciega conciencia, en donde todos podemos ser titanes, solo que esta vez, no abran ojos que superen los de el alma misma del universo...

KainaN...